Subte B

Botas negras caña alta. Zapatillas All Star verdes. Nikes. Zapatillas muy feas. Alpargatas. Zapatillas. Blancas. Marrones. Mocasines. Botas de taco chico. Botas de gamuza con flequitos rosa. Borceguíes. Zapatos de cuero con aspecto a folcklore. Botas plateadas bajitas. Bolsa de Narrow con diseños musicales. Morral traído del norte. Cartera de Prune. Cartera de tela azul. Cartera de jean. Morral verde. Portafolio negro. Portafolio gris. Un perro minúsculo desde una cartera lamiendo la mano de una nena de pelo oscuro. Nene de ojos grandes. Voces de distintos colores y volumen. Murmullo parecido al viento, si desafortunadamente el viento llevase en su boca dientes de fierro. Olor a baño público. Olor a Yummys. Rojo en los carteles. Letras en blanco. Publicidad sobre hablar inglés en un mes. Volantes de una banda llamada Poetas de Nadie. Gráfica de un documental sobre el movimiento zapatista. Grafitti que dice Macri sos un facho. Grafitti que dice no olvidamos Cromagnon. Chica de campera gris y pelo atado. Te llamo, dice una mujer de chaleco escocés. Un hombre se ríe con otro hombre de traje. Ruido de llaves. Ruido de teléfono plateado. Bolsa blanca que dice Simbiosis Buenos Aires. Aparece un mago, un chico de camisa y pantalón negros. De su galera saca un pañuelo rojo. El pañuelo se convirtió en un bastón plateado. Ahora tiene un papel en blanco, pregunta quién se ilusiona con un papel en blanco. Y una chica sonríe. El mago enciende el papel, de la llama fugaz y pequeña, una rosa amarilla. Es para la chica que se ilusiona con un papel en blanco. Porque, sin saberlo, el mago regaló una rosa a una chica que piensa que un papel en blanco es la posibilidad de crear otra cosa. Un bebé llora. Una nena de vestido azul mira un globo. Un hombre estornuda sin taparse la boca. Una pareja se besa apasionadamente. Un hombre abraza a su hijo. Zapatos de tanguero sosteniendo a un hombre con patillas. Una mujer sonríe por un bebé que babea la falda de su madre. Las manijas del subte como círculos que bailan, se paran y vuelven a bailar en la vorágine de brazos y piernas, que protestan en silencio porque van apretados, porque todo cada vez está más caro, porque el viernes nunca llega. Olor a calle. Olor a jazmín de una mujer de blusa hindú. Olor a humedad, a Chanel Nro. 5 y a desodorante Axe. Mujer rubia de ojos celestes. Al lado un hombre de anteojos escribe sobre una chica con flequillo tapándole los ojos. Un atado de hebillas dos pesos. Un anotador, cinco pesos. Una lámina de stickers también dos pesos, también llevando a una nena de pantalón gastado y pelo suelto. Las puertas se abren. Voz de parlante masculino que pide dejemos descender a los pasajeros. Alarma. Las puertas se cierran. Nuevos manojos de voces. Las venas abiertas de América Latina, libro que lee la cara de un chico con boina. Boquitas Pintadas, de Puig, entre los dedos de una mujer de pelo blanco. Crónica. Clarín. Critica. Un periódico del mas. Una revista Elle. Cosmopolitan. Alguien mira hacia adentro. Alguien mira hacia fuera. Alguien se pierde en el vaivén de grises y rojos y letras blancas y una mujer y un chico en auriculares y alguien se pierde en el vaivén del subte de Buenos Aires, subte que se trasforma en cada segundo, y alguien se pierde, alguien escribe, alguien se ilusiona con un papel en blanco.