Guinea Pig Yo


No sé cómo llegué. No entiendo. No sé quién es. Trae la comida, cura mi piel, atento siempre al agua. Es el hombre que me observa con ojos húmedos, despiertos. Él me acaricia. Nos besamos. Se pulveriza en mi cuello, mis pechos, mi ombligo. Pero sé: la muerte avanza. Mis escamas multicolores se marchitan, desde mi vientre hasta las aletas un dolor punzante, rígido. El mar antiguo, mis hermanos peces, mi canto oxidado. Sé. Me estoy transformando en ser humano.

Perlas azules

Tenía el pecho cubierto de perlas azules. Así había nacido. Como una almeja, como una diosa que custodiaba los secretos. Fue pequeña. Es una joven ahora. Nunca se transformó desnuda junto a otro.


Es una noche inquieta. Un hombre aparece con la mirada serena y azul. Aparece la arena. La espuma del mar solitario. La luna trovadora, emocional.
Los amantes se transforman, son un círculo plateado de energía. Vuelven a la tierra y vuelven al cielo. Las perlas azules de ella se rompen y se desprenden. Su cuerpo está vulnerable y liberado, naciente junto a él.  






La foto la encontré en la web, sólo decía Analía Pinto.