Creo que este relato es para los que leyeron o vieron Rose Red y El diario de Ellen Rimbauer, de Stephen King. Es mi pequeño homenaje. Espero lo disfruten.
La última carta de
Ellen Rimbauer
Adán, hijo.
Me estoy transformando. Esa vida que conociste en mí se está
yendo, me convierto en otra cosa. Soy expansiva. Soy una rosa roja. Ya no
habito esta casa. Somos una.
Tú nunca pudiste ver. Tu hermana sí pudo. Ella jugaba a las
muñecas con Doc. Por eso la casa, mi querida Rose Red, la eligió. Desde que
desapareció pude encontrar su esencia en la Torre del Capricho. Aquella que usó
tu padre para despedirse de nosotros. La misma que siempre te dio miedo. Sólo
Sukeena y yo conocíamos su secreto.
Nunca supiste cómo empezó mi vida aquí, en Rose Red. Apenas
puse un pie escuchamos un disparo. Un obrero había matado al capataz. Así
empieza la historia de esta casa. Edificada sobre las ruinas, dicen, de un
antiguo cementerio indio. Otro hombre fue muerto por un cristal que cayó desde
un andamio. Y otro se atragantó con una manzana. Cuando fue terminada, volvimos
con tu padre de África. Nunca te hablé mucho de él. Me regaló Rose Red y la
promesa de una vida intensa, fascinante. Pronto entendí que lo único intenso
era su bestialidad. Que Abril haya nacido con esa malformación en el brazo es
resultado de unas de las tantas enfermedades que tu padre me contagió. Rose Red
sintió mi dolor desde siempre. Y fui recompensada.
La primera persona que desapareció en esta casa fue Fanny. Una
conocida, amante de tu padre; se desvaneció frente a mis ojos. Después
siguieron dos criadas. Más tarde, el suicidio de Doc. en el despacho. Luego el
de tu padre, desde la Torre. Entonces dejaste el internado y volviste junto a
nosotras. Ya Abril había desaparecido. Al menos la Abril que habíamos conocido.
Quedó otra, habitando en la Torre. Y con ella siempre me he encontrado, todos
estos años. Sukeena también. La extraño tanto, hijo, tanto. Hoy pasaron cinco
años de su muerte física en Rose Red. Extraño su piel. Aunque me sigue
aconsejando, Sukeena sigue siendo mi confidente. Y hay otras mujeres.
Una médium me había dicho que yo seguiría viva mientras Rose
Red fuese construida. Por eso nunca he parado. Pero en sus mañas, la casa
decidió reclamar sus víctimas. A ti siempre te ha respetado. Aunque no le
gustan los hombres. En cambio sé que las mujeres la llenan de energía. La
última en ser comida era una actriz, fue en 1935. La última vez que la vieron
fue en la Habitación de los Espejos. Ahí se terminaron las famosas fiestas en
Rose Red. Aunque, ya puedes saber, tres empleadas también desaparecieron tiempo
después.
Desde su nacimiento Rose Red ha sido investigada por la policía
cinco veces. Pero cualquiera no puede despertar a Rose Red. Es sensible a la sutil
vibración de un cuello femenino. No, Adán, a los hombres no los quiere, pero a
ti te respeta. Y lo hará mientras sigas construyendo. Ya nos hemos resignado a
la ausencia mortal. Pero la vida nunca cesa. Me uniré a mis hermanas. El jardín
está creciendo velozmente. Las rosas se están preparando para mí. No intentes
buscarme. Voy a estar como en todos los aniversarios de mi llegada a Rose Red, con
mi vestido marfil, mi pelo negro, ensortijado, los ojos grandes y negros. Con
Sukeena y con Abril, con tantas otras.
La construcción debe continuar siempre. Si se para, van a
sentirlo. La casa es vengativa y quiere crecer. Lo hará a su modo.
Ayúdanos a construir, hijo, ayúdanos a construirnos.
Fotograma de la película para tv "Rose Red", escrita por Stephen King y dirigida por Craig R. Baxley.